El ÉXITO del CORONAVIRUS coronavirus (18_03_2020)


El fascinante éxito del CORONAVIRUS coronavirus

El “coronavirus” está siendo todo un éxito. Los think tanks (laboratorios de ideas) dedicarán años a estudiar este experimento sociológico (probablemente espontáneo), utilizando toda la potencia de cálculo de los supeordenadores que tienen a su disposición.

Hablemos de datos confirmados (ver p. e. https://www.youtube.com/watch?v=PEhu2row-mM). Puesto que la epidemia ha generado gran alarma, preguntémonos ¿por qué?

Como razones objetivas se dan su alta contagiosidad y su letalidad. Y, últimamente, se argumenta la posibilidad de colapsar la sanidad pública. Bueno la sanidad pública está colapsada desde que se aplican los pavorosos recortes y se convierte al paciente en cliente, lo que ha generado muchas muertes. Por otro lado, ¿quién no tiene la experiencia de esperar horas en urgencias, en situación de auténtica desesperación, p.e. por una migraña o una obstrucción en las vías urinarias, o de listas de espera cada vez más largas?

Con la contratación de todas las personas que tienen un título sanitario, pero no han podido ejercer, a pesar de haber hecho sus prácticas, con la apertura de todas las camas e instalaciones cerradas por los recortes, y la puesta a disposición de la sanidad privada y militar, la situación sería bastante mejor. Sería deseable, empero, que, una vez superada la emergencia, la inversión se mantuviese. Y los impuestos volviesen al punto de donde nunca debieron de bajar respecto del 1% con más riqueza, acabando con su persistente insolidaridad. Y el cuento de que esa reducción iba a aumentar las inversiones (que probablemente, ante la crisis ecológica, el agotamiento de los combustibles fósiles y la emergencia climática, tampoco sería viable), en vez de gastárselo (como ha ocurrido) en puro consumo de ostentación.

En cuanto a letalidad, es menos grave que las gripes contagiosas provocadas por los “otros” coronavirus, como el SARS o el MERS, aunque de propagación más rápida. Es, tal vez, más letal que la gripe porcina H1N1 y que la gripe común (¿?), pero igual de contagiosa.

Eso siempre contando con los datos de “contagios confirmados”, es decir únicamente respecto de los positivos de las pruebas que se han hecho. Pues existen muchos casos no detectados (hay contagiados asintomáticos o muy leves, no se sabe cuántos). En el país que mayor número de pruebas ha realizado, Corea, es donde menor es la tasa de muertes, en relación con los diagnósticos, 0,9 %. Según el epidemiólogo Francisco Giménez Sánchez en China, sobre diagnosticados, estaría en el 0,7%. Por consiguiente, el porcentaje sobre casos reales, no lo sabemos, pero podríamos saberlo, a poco que haya interés, tomando una muestra de población suficiente, viendo cuántas pruebas de detección se han hecho sobre ella, y el número total de afectados reales, una encuesta, vaya.

Por consiguiente, esos serían los topes máximos. El % real quizá la mitad. A pesar de todo no es despreciable. Por lo que parecen razonables las medidas de una gripe común, según la Organización Mundial de la Salud, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, con pañuelos desechables, lavarse frecuentemente las manos y secarlas bien, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, evitar el contacto físico con personas enfermas o autoaislarse en caso de fiebre u otras síntomas. Además de concentrar la vigilancia y los recursos en la población de riesgo. Con mucho menos de los 116.000 millones de Euros públicos dedicados a paliar la crisis que se supone genera el estado de alarma. Pero de ahí a establecer el confinamiento de toda la población sana que, de todos modos, no es, ni puede ser, riguroso... 

Se está diciendo que generará una crisis con un porcentaje de desempleo tanto o más alto que la de 2008. Pero, más exactamente, justificará la crisis que, de todos modos, hubiera aparecido. Porque esos 200.000 millones (incluida la “aportación privada”), Y lo mismo ocurrirá con los 300.000 millones de Francia, 1,2 billones de dólares de EEUU o 330.000 millones del Reino Unido, aumentarán nuestra deuda pública, para cubrir los agujeros que producirá la explosión de las burbujas, derivadas de las políticas irresponsables de los bancos centrales (y de los gobiernos que las permiten), cuando han estado inundando el mercado de billones de Euros en liquidez, que, a falta de algo mejor, fomentaron la especulación.
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